Manuel Puig es uno de los escritores más importantes de la
literatura argentina y latinoamericana. Nació en el año 1932 en General
Villegas, un pueblo de la provincia de Buenos Aires y cultivó desde pequeño su
amor por el cine. Ese amor lo llevó becado hasta Roma, donde realizó cursos de
dirección en el Centro Sperimentale di Cinematografía. También estudió en la
Facultad de Filosofía y Letras en la Argentina. Es en el año 1968 cuando se
publica su primer novela “La traición de Rita Hayworth”, cuyo título funciona
como una clave para entender la vida
de Puig. Su pasión primera, el cine, se desprende de sus palabras y se
transforma en un protagonista paralelo en todas sus historias. Historias humanas,
profundas, narradas con un talento único y una vez leídas, atesoradas por el
lector para siempre. Después de escribir admirables novelas como “The Buenos
Aires Affair” (1973) o “Cae la noche tropical” (1988), el escritor fallece en
México en el año 1990.
Tres fueron las
novelas de Puig llevadas al cine: “Boquitas Pintadas” (dirigida por Leopoldo
Torre Nilsson, año 1974), “Pubis Angelical” (dirigida por Raúl de la Torre, año
1982) y “El beso de la mujer araña” (de Héctor Babenco, año 1985). En esta
parte primera dedicada a la pasión de Manuel Puig se pondrá en foco la segunda película, la del
director Raúl de la Torre.
Pubis Angelical, la
novela.
Publicada en el año 1979 “Pubis Angelical” es una de las
novelas más conocidas del escritor argentino. En ella se narran tres historias
diferentes pero sutilmente conectadas entre sí. Como no podía ser de otra
manera, la primera que se nos presenta transcurre en el pasado, es la historia
de una actriz de cine, famosa por su belleza, que ahora se encuentra controlada
por su millonario y misterioso marido. Esta historia se irá sucediendo llena de
situaciones típicas de las películas de cine negro norteamericano, tan
admiradas por el escritor. La segunda historia – situada en los años ’70- es la
de Ana, una mujer sensible y temerosa que se encuentra internada en un hospital
en México, exiliada y sola. En realidad, su compañía es Beatriz, una amiga
mexicana que es realmente fiel y Pozzi, un exiliado político y a su vez, ex
amante de Ana. La tercer y última historia es la historia de W218, una
prostituta del futuro; su vida transcurre en un mundo destruido casi por
completo por una guerra atómica.

La historia de la clásica actriz cinematográfica está
íntimamente ligada al amor del escritor por ese tipo de cine, que tanto conocía
y que tan bien sabía narrar (el cine de los primeros 50 años del siglo XX, ese cine
dorado). La segunda, con su exilio y sus reflexiones sobre la política
argentina de los años ’70, parece una declaración entre grito y mutismo del
mismo Puig, quien abandona la Argentina tras la censura de su novela “The
Buenos Aires Affair” (1973) para nunca más volver. Este exilio obligatorio será
una herida que nunca sanará y que el escritor hilará entre sus palabras hasta
su última novela, siempre con una gran sutileza y calidad. Y la última historia
puede leerse como su propia decepción ante un mundo alejado del glamour del
cine de antaño y lleno de violencia para las personas sensibles y perceptivas,
como él mismo era.
La novela es una delicia literaria, como todo lo de Manuel
Puig, perfectamente narrada y con una fluidez narrativa placentera que se
genera no sólo por el estilo de escritura del autor sino por el perfecto hilo
conductor (casi) invisible que une las tres historias.
Pubis Angelical, la película.

Es por la
ausencia de estos indicios que la película se desenvuelve de manera confusa
para aquel que no haya leído previamente la novela. Sin embargo, lo que de la
Torre utiliza acertadamente, para darnos una sutil (o no tan sutil) clave de
unión entre las historias es que las tres mujeres protagonistas (la actriz de
Hollywood, Anita y W218) están interpretadas por la misma actriz, Graciela
Borges.
La historia más contundente, por sus actuaciones y su ritmo
de narración es la que transcurre en México y Argentina en la década del ’70.
Graciela Borges se luce especialmente, su actuación interpretando a Anita es
casi perfecta, casi a la altura de una de las actrices que viven en la mente de
Puig. Alfredo Alcón, un actor más que excelente, no defrauda pero se aleja del
estereotipo de hombre que el escritor había descripto en su obra, lo cual hace
que los sentimientos de Anita no logren quedar tan claros ni ser tan
comprensibles como en la novela. Alcón tiene una presencia más fina y
caballeresca que Pozzi (el hombre a quien encarna) que en la obra literaria se
nos presenta como a una persona un poco bruta e insensible.
A raíz de la
corta duración de la última historia, De la Torre parece darle poca importancia
a la misma. Lo cual resulta un error ya que W218, la mujer del futuro, es la
que contiene la clave para comprender el título de la novela (y por ende, de la
película). Particularmente, con “Pubis Angelical”, comprendiendo el título
conocemos qué es lo que funciona como hilo conductor de las diferentes
historias y la esencia dela historia se nos revela brillante. Esta comprensión
nos la otorga un fino y metafórico diálogo en la última historia, una
conversación entre prostitutas que en el film se reduce a pocas palabras casi
inentendibles.

El dilema en
torno a las adaptaciones cinematográficas de obras literarias es infinito. Cada
caso es una situación diferente. En éste, De la Torre llevó al cine una obra
literaria compleja. No sólo por los jugados senderos que toma la historia sino
porque Puig tenía una manera muy particular de presentar sus historias, una
manera muy cinematográfica que (paradójicamente)a
la hora de “transformarse” en un film, generaba complicaciones de diferente
índole. Para quien
escribe, en el caso de “Pubis Angelical” el director no sale airoso; se perdió
en el entramado novelístico del escritor.
De todos modos, Graciela Borges y Alfredo Alcón a pesar de estar un poco lejos de los personajes descriptos por el escritor, son excelentes actores protagonistas, como en casi toda su filmografía.También la elección de los actores secundarios es muy acertada: Pepe Soriano, Nora Cullen y Arturo García Buhr. Destacando a China Zorrilla y Silvia Pinal.
La buena noticia es que las buenas elecciones no terminan en lo actoral.
Pubis Angelical, el
disco.
Charly
García estuvo a cargo de la banda sonora. Banda sonora que se editará como
disco doble: “Pubis Angelical/Yendo de la cama al living” (1982). Las canciones
del segundo disco (Yendo…) fueron
compuestas de manera simultánea a las de la música para el film pero no forman
parte del mismo.
Las
canciones de Pubis… crean una atmósfera
de melancolía y misterio. Se puede sentir en las melodías una extraña sensación
de tiempo esfumándose; sensación que genera nostalgias por el pasado pero
también -a raíz del uso de sintetizadores y efectos electrónicos-nostalgias por
el futuro.
Si bien Charly
estaba dando sus primeros pasos en su carrera como solista, este disco retoma
algunas de las hermosas melodías que ya habían sido parte de un disco anterior de
su carrera, “Peperina” (1981), de su grupo musical Serú Girán (integrado
también por David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro). Melodías como la de
“Llorando en el espejo” que en esta banda sonora aparecerá renovada bajo el
título de “Crimen, Divina, Productor”.
Escuchar el
disco entero, como si no hubiese sido concebido para una película, es una
experiencia sonora especial que los seguidores de Charly García no volverían
(¿y no volveremos?) a tener ya que es un punto bisagra en su carrera que
delimita perfectamente su etapa de Serú Girán con su etapa, a venir, solista.
Es un disco con un brillo singular en el que puede sentirse el carácter lúdico
que caracterizó al músico desde principios de su carrera; carácter típico de
aquellos que no sólo recibieron educación musical sino que tienen talento.
La música de
Pubis…tiene vida propia, más allá de
formar parte de una película.El trabajo musical de un artista de la talla de
Charly García, en una de sus décadas
doradas, eleva el nivel del trabajo cinematográfico de De la Torre.
Todos los pubis juntos*
El talento
de los tres creadores argentinos es indiscutible. Los escritos de Manuel Puig
lo colocan en el merecido lugar que ocupan aquellos escritores respetados y reconocidos
de la literatura contemporánea, la obra cinematográfica de Raúl de la Torre es
admirada y aplaudida y la extensa carrera musical de Charly García dio a
nuestros oídos numerosas satisfacciones musicales.
Sin embargo,
en el caso de Pubis Angelical, la combinación no fue del todo satisfactoria.
Una magnífica novela y un disco luminoso encuentran entre sí la tentación de un
director de cine talentoso que, a pesar de todo, no cumplió con las
expectativas.
Manuel Puig,
apasionado amante del cine, creció cautivado por su magia. Tres veces el cine
volvería su mirada hacia Puig de manera explícita.
Si bien con De la Torre el cine no estuvo a la altura de ese amor, no había
sucedido lo mismo con Leopoldo Torre Nilsson, otro de los directores que llevó
a la pantalla grande una de las más entrañables novelas del escritor "Boquitas pintadas"...
*"Todos los pubis juntos” es el título de la última canción del disco
“Pubis Angelical” de Charly García.